9 de diciembre de 2015

[Libros] Sputnik, mi amor – Haruki Murakami (1999)

Los que me seguís a menudo ya sabéis que mantengo una relación ambigua con Murakami: es un autor que en general me gusta, que me encanta cómo escribe, y que en general leo con agrado… pero que al mismo tiempo no puedo evitar ver como un poco falso, impostado, el hábil escritor que ha encontrado un estilo que vende y lo explota…
Bueno, sea como sea, hacía tiempo que no leía nada suyo (a Murakami conviene dosificarlo o te empacha, desde mi punto de vista) y hace poco decidí volver a él con esta novela corta. Abajo os cuento qué tal me ha ido en este reencuentro.

Sinopsis:
Perdidos en la inmensa metrópoli de Tokio, tres personas se buscan desesperadamente intentando romper el eterno viaje circular de la soledad; un viaje parecido al del satélite ruso Sputnik, donde la perra Laika giraba alrededor de la Tierra y dirigía su atónita mirada hacia el espacio infinito. El narrador, un joven profesor de primaria, está enamorado de Sumire, a quien conoció en la universidad. Pero Sumire tiene una única obsesión: ser novelista; además se considera la última rebelde, viste como un muchacho, fuma como un carretero y rechaza toda convención moral. Un buen día, Sumire conoce a Myû en una boda, una mujer casada de mediana edad tan hermosa como enigmática, y se enamora apasionadamente de ella. Myû contrata a Sumire como secretaria y juntas emprenden un viaje de negocios por Europa que tendrá un enigmático final.

Opinión personal: Un Murakami moderado… y algo menor
Os confieso que no me ha entusiasmado especialmente mi reencuentro con este autor. Quizás no era el momento, o quizás el libro sea inferior a los anteriores que he leído suyos, o quizás ya le conocía demasiado… o más probablemente haya habido un poco de todo.

Ésta es una novela de amor y soledad. Dos elementos prácticamente constantes en los relatos de este autor japonés, pero que aquí representan el núcleo del libro.

Tenemos al narrador, el hombre sin nombre, al que sólo conocemos por su inicial: K. ¿Por qué? Quién sabe, con Murakami uno acaba por no preguntarse por qué sus historias son como son: son así, y punto. En fin, este K. es el típico personaje masculino murakamiesco: un treintañero solitario, quizás algo introvertido, que se enamora de una muchacha en una relación que siempre termina siendo problemática por una u otra razón. En este caso, simplemente porque no es correspondido.

La muchacha es Sumire, una chica extraña, “rarita”, una chica que se siente en cierto modo ajena al resto de la sociedad, y que está obsesionada con ser escritora… aunque parece no tener las más mínimas aptitudes para ello. Alguien que, además, nunca ha experimentado el amor ni el deseo sexual, sentimientos que le resultan ajenos, extraños. No obstante, sí es capaz de sentir un gran afecto hacia K. cuando lo conoce, terminando por ser amigos casi inseparables.

Hasta que Myû entra en escena. Una mujer madura elegante y “de mundo” a la que Sumire conoce por casualidad en una boda y que le causa una extraña fascinación… que luego interpreta como enamoramiento. Sumire se enamora de Myû, y hasta descubre por primera vez el deseo sexual, aunque sea dirigido hacia esta mujer, que, al igual que le ocurre a ella con K., sólo puede sentir hacia Sumire un afecto casi maternal.

En realidad, éste es, creo yo, el núcleo del libro: los amores cruzados no correspondidos, y la soledad y frustración que provocan. De ahí, de hecho, procede el título, como nos deja claro el autor en dos o tres ocasiones a lo largo del texto: las vidas y sentimientos de nuestros tres protagonistas se cruzan como satélites en la órbita terrestre, acercándose hasta juntarse pero condenados a separarse de nuevo y no volver a encontrarse. Una curiosa metáfora tecnológica para las relaciones amorosas no correspondidas, ¿verdad?

En fin, dicho así el libro no parece tener mucho… y no lo tiene. Creo que por eso me ha decepcionado un poco. Lógicamente, este núcleo argumental se rellena con pequeñas historias y anécdotas, y con algunos elementos surrealistas típicos del autor; aunque con respecto a esto último debo decir que Murakami en esta obra está muy comedido, y la parte surrealista queda bastante limitada en el tiempo y en el espacio, limitándose a una extraña experiencia semionírica de Sumire, y a una extraña música oída en una determinada ocasión por K. Nada, en comparación con algunos de sus otros libros.

Aparte de estos pequeños elementos surrealistas, sí hay un importante acontecimiento que, sin llegar a serlo, se escapa de la normalidad: la extraña desaparición de Sumire. Tranquilos, no es un spoiler, es algo que aparece en casi todas las sinopsis, y supone en cierto modo el comienzo del libro, tras unos capítulos a modo de presentación de los personajes. Sumire desaparece como comida por la tierra mientras veranea en Grecia con Myû, quien se pone en contacto con K. para que le ayude a buscarla. Pero no esperéis una gran trama ni intriga, porque no las hay.

Eso es todo lo que puedo contar del libro, porque, en el fondo, no hay más. Al contrario que con otros de sus títulos, en éste no he conseguido sentirme del todo involucrado con los personajes, aunque eso puede haber sido algo personal, por haberlo cogido “en un mal momento”. Se mantiene, como siempre, la agradable prosa del autor, que hace atractiva la lectura de cualquiera de sus obras independientemente del argumento de fondo. Pero debo decir que el libro me ha resultado algo falto de esencia, y no lo he disfrutado como esperaba. Quizás, también, es que su estilo me resulta ya algo repetitivo, después de varias obras suyas leídas… puede ser…

Por lo demás, y a modo de curiosidad para los que hayáis leído mi entrada sobre Murakami y “sus neuras”, señalar que aquí se repiten de nuevo la mayor parte de ellas: la soledad, los personajes “raritos”, los gatos, la música, el amor y el sexo… casi todos los elementos típicamente murakamianos aparecen en mayor o menor medida también en “Sputnik, mi amor”. Sólo me han fallado esta vez los calvos y la muerte. Quién sabe, quizás en la próxima…

Nota final al margen: Cuando los redactores de las editoriales se ponen líricos, a menudo la cagan… En la sinopsis que acompaña al libro se menciona a la perra Laika, que ni aparece en la obra de Murakami, ni viajó a bordo del Sputnik. Bien, se puede decir que lo hizo a bordo del “Sputnik 2”… pero cuando se habla del Sputnik, uno se refiere al Sputnik, el primero, el “verdadero”, la pequeña bola de metal pulido que emitía su bip-bip y a la que sí hace referencia Murakami tanto por su nombre como por su forma. En fin… 

1 de diciembre de 2015

Cita de hoy

Frases cortas geniales de una novela extraordinaria:

El cielo estaba relleno de señales de televisión.
...
Por esa misteriosa compasión de los muy pobres hacia los comparativamente adinerados,
...
Hubo una época en que lo inconcebible se hizo concebible y ocurrió lo imposible.
...
Era un día azul cielo de diciembre del sesenta y nueve (el mil novecientos no se dice).

El Dios de las Pequeñas Cosas – Arundhati Roy

24 de noviembre de 2015

[Libros] La amiga estupenda – Elena Ferrante (2012)

No había oído hablar de este libro ni de su misteriosa escritora hasta que se me cruzó este artículo publicado en El País. Al parecer, esta italiana acababa de publicar el cuarto libro de una saga que estaba causando furor en todo el mundo, y que era alabada por escritores tan diferentes como Ken Follet o Juan Marsé. Fue este artículo, con su apasionada descripción de la tetralogía napolitana de la Ferrante, lo que me decidió desde el primer momento: tenía que leer este libro, ¡tenía una pinta estupenda!

Sinopsis:
Con “La amiga estupenda”, Elena Ferrante inaugura una trilogía* deslumbrante que tiene como telón de fondo la ciudad de Nápoles a mediados del siglo pasado y como protagonistas a Lenú y Lila, dos jóvenes mujeres que están aprendiendo a gobernar su vida en un entorno donde la astucia, antes que la inteligencia, es el ingrediente de todas las salsas. La relación a menudo tempestuosa entre Lila y Lenú tiene a su alrededor un coro de voces que dan cuerpo a su historia y nos muestran la realidad de un barrio pobre, habitado por gente humilde que acata sin más la ley del más fuerte, pero “La amiga estupenda” es mucho más que un trabajo de realismo social: lo que aquí tenemos son unos personajes de carne y hueso, que intrigan al lector y nos deslumbran por la fuerza y la urgencia de sus emociones. Por primera vez, Ferrante aborda una narración muy amplia, poniendo en escena un verdadero tableau vivant donde no hay espacio para el tópico: todo es vida y todo respira al hilo de la mejor literatura.

*Lo que inicialmente era una trilogía, ha terminado siendo en realidad una tetralogía; cuatro volúmenes conforman la totalidad de esta historia.

Opinión personal:
Nápoles, años 50. La Italia profunda de la postguerra. Un escenario que nos resulta cercano, porque recuerda muchísimo a la España de la misma época. Países que habían pasado una guerra, con buena parte de su sociedad hundida en la pobreza, y con unos caracteres muy similares. Historias que evocan imágenes de ropa tendida, niños harapientos jugando en las calles sin asfaltar, llamadas a gritos desde la ventana, comidas familiares en la cocina alrededor de una olla en medio de la mesa…

Estas imágenes familiares son las que se pasean por nuestra mente al leer “La amiga estupenda”. Una novela que evoca el cine del neorrealismo italiano, la Italia de “El ladrón de bicicletas”… Aunque desde un punto de vista mucho más personal.

Porque “La amiga estupenda” está escrito en primera persona por Lenú, diminutivo de Elena Grecco, la coprotagonista con Lila de esta novela de infancia y juventud. Lenú repasa su vida a lo largo de más o menos una década, desde que jugaba con muñecas en la calle hasta la boda de su amiga, a los 16 años. Un repaso a su vida que da lugar a una historia coral, en la que participan multitud de personajes, amigos y vecinos de Lila y Lenú. Y cómo no, de sus familias. Porque ya sabemos que en Italia, como en España, y especialmente en aquella época, una persona estaba indisolublemente ligada a su familia.

Lila y Lenú son dos niñas con algunos rasgos comunes y, al mismo tiempo, con grandes diferencias, pero que pronto se convierten en amigas inseparables, pero, ante todo, muy “reales”; porque en esa gran amistad también hay sitio para rivalidades, envidias o peleas, como en la vida misma. Juntas viven la evolución de la niñez a la adolescencia, viven las carencias de una vida humilde (palabra que se queda corta para describir la realidad de aquella época) y los sueños de un futuro mejor. A su alrededor, amigos y enemigos, gente buena y mala, amistades y rivalidades, sueños y decepciones. Una vida que se desarrolla en el barrio, del que nunca se sale; ir hacia la ciudad, hacia el centro de Nápoles, es más que una excursión, casi como toda una aventura. Y la mayoría, aunque vivan en una ciudad costera, nunca han visto el mar…

“La amiga estupenda” es, al mismo tiempo, una novela costumbrista y una novela intimista, con una gran intensidad psicológica en la descripción y evolución de sus personajes. Personajes que son multitud, lo que en ocasiones puede provocar algo de confusión en el lector, que ya no recuerda si Alfonso es primo de Marcello, o el hijo de los Sarratore, o el novio de Marisa, la hija de Melina la loca… Afortunadamente, un índice de personajes al principio del libro puede ayudar a situarse si el lío de nombres termina por confundirnos.

¿Y qué me ha parecido la novela? No es fácil decirlo. Supongo que, para empezar, ese artículo de El País me había generado una expectativas enormes, y debo reconocer que la experiencia no me ha parecido para tanto. Pero sí me ha parecido una novela interesante, que merece la pena ser leída, y de hecho, sé que voy a continuar con el segundo volumen de la tetralogía (aunque en esta decisión influye mucho cómo termina el primer libro, dejándote colgado en plena intensidad dramática…). Es una novela lenta, tranquila, de esas en las que “no pasa nada”… porque, en realidad, lo que pasa es la vida. Pero bien escrita, y con unos personajes bien perfilados con los que es fácil empatizar. Una novela agradable y bien escrita, ¿qué más se puede pedir? Además es cortita… aunque eso tiene trampa, porque queda inconclusa, y mucho me temo que uno termine leyéndose los cuatro volúmenes a poco que le interese la historia. Así que más que novela cortita, me temo que en realidad es simplemente la primera parte de un novelón de más de mil páginas. ¿Qué nos deparará el resto…? Porque algo me dice que este primer volumen sólo ha sido una introducción...

La autora:
Es prácticamente imposible hablar de un libro de Elena Ferrante sin hacer referencia a su autora. ¿Por qué? Pues, simplemente, porque ha conseguido rodearse de un hálito de misterio que, probablemente, favorece tanto su intimidad (el fin supuestamente buscado) como sus ventas.

Y es que Elena Ferrante no existe: es un pseudónimo de una autora (o incluso autor) desconocido, que no concede entrevistas, al que nadie conoce más allá de su editor, comprometido también en mantener este anonimato. Una autora de éxito internacional y bien reconocida por la crítica que ha publicado ya diez novelas de las cuales dos han sido llevadas al cine.

Evidentemente no sé quién es Elena Ferrante, pero cuando leía “La amiga estupenda” no podía evitar preguntarme cuánto de la propia autora habrá en esta historia. Supongo que ayuda a plantearse esto el hecho de que esté escrito en primera persona, o que haya tanta profundidad en los personajes, pero también hay detalles sospechosos: por ejemplo, que tanto a Lenú como a Lila les guste escribir, y sueñen con ganar dinero escribiendo novelas. O que Lenú sea diminutivo de Elena… el mismo pseudónimo usado por la autora para firmar sus obras… Quién sabe…

18 de noviembre de 2015

Cita de hoy

También tú llegarías quizá a encariñarte con él y te acostumbrarías a besar la mano que te ordena y te palpa y te soba y te pega, porque así es una huérfana, así son todas: unas niñas sin hogar y sin familia suspirando siempre por un hogar y una familia.

Si te dicen que caí – Juan Marsé

10 de noviembre de 2015

[Libros] La mujer del viajero en el tiempo – Audrey Niffenegger (2003)

Sinopsis:
Un hombre tiene la capacidad de viajar en el tiempo y revisita su historia de amor... Clare y Henry forman una pareja aparentemente normal, se quieren e intentan ser felices. Sin embargo, Henry padece una extraña enfermedad que le impulsa a viajar en el tiempo, que le permitió conocer a Clare cuando aún era un niña y que lo condena a enfrentarse a su incierto, y acaso trágico, futuro.
Una narración tremendamente original y entrañable sobre el paso del tiempo y la perdurabilidad del amor que sin duda fascinará desde la primera página.

Crítica: Una bonita y original historia de pareja
Para mí este libro es ante todo eso: una historia de pareja. Lo de los viajes en el tiempo aporta color y originalidad a esa relación, pero la relación es lo importante. No es necesariamente una historia de amor... es una historia de la vida de una pareja y su desarrollo con los años (aquí con un toque especial en esa parte), con sus amores, sus rutinas, sus hechos cotidianos... y lo excepcional de la "enfermedad" de él.

El libro está agradablemente escrito, y la historia le aporta originalidad. Creo que es mejor no dar muchos datos, pero, por ejemplo, el protagonista masculino conoce a su futura esposa cuando él es adulto y ella una adolescente, durante un viaje de él al pasado (unos años atrás). Acabarán enamorándose, cada uno procedente de diferentes épocas. Pero él tiene una “vida real”, en un tiempo “real”, siendo sus “escapadas en el tiempo” episodios esporádicos y breves. Esto hace que ellos dos puedan llegar a conocerse y convivir en la época “real”. Pero, curiosamente, en esa vida real ella lo conoce a él antes de que él pueda conocerla a ella: cuando la visita el personaje “del futuro”, el contemporáneo vive su propia vida, de joven, ajeno a ella. Cuando se conozcan en el tiempo “real”, para él será como conocer a una chica por primera vez, mientras que ella ya sabe quién es y sabe que está enamorada de él… y que él se enamorará de ella, aunque no sabe bien cómo conseguirlo…

Pero no vayáis a pensar, diciendo esto, que se trata de una novela romántica o una novela de amor. Sí, la relación de pareja, afectada por el trastorno de él (con todo lo que eso conlleva, en muchos sentidos), es el centro del relato; pero no es ni mucho menos lo que se podría calificar como novela romántica. Es una historia en el fondo bastante cotidiana, pero con toda la problemática que le aporta la “enfermedad” de él, la cual da mucho juego.

Con el paso del tiempo, y aderezado con multitud de anécdotas consecuencia de los viajes en el tiempo, ellos se enamorarán, se casarán, tendrán sus crisis de pareja… y también momentos trágicos.

La historia es amena, entretenida, divertida y entrañable. La verdad es que me ha sorprendido y me ha gustado mucho. No es ni una historia trepidante, ni un melodrama: es una historia bastante “realista” y cotidiana, dentro de lo que cabe dado el argumento, aliñado con la originalidad que le aporta esa extraña situación. Creo que puede gustar a casi todo el mundo. Desde luego, a mí me ha gustado mucho.

2 de noviembre de 2015

Cita de hoy

Los dos eran hombres cuya infancia no había dejado rastro en ellos. Hombres carentes de curiosidad, de dudas. Los dos, cada uno a su manera, eran verdadera y terriblemente adultos.

El Dios de las Pequeñas Cosas – Arundhati Roy

26 de octubre de 2015

[Libros] Confieso que he vivido – Pablo Neruda (1974)

He leído este libro en dos ocasiones; la primera, de muy joven (supongo que con unos 17 años, más o menos), y me encantó. La segunda, por curiosidad, porque me quedó grabado como un libro magnífico y quería recordar por qué, casi tres décadas después. El resultado de la segunda lectura fue mucho menos intenso… pero aún así, creo que es un libro interesante.

Sinopsis:
Son las Memorias escritas en prosa del propio Neruda. Se publican en 1974, y en ellas se aprecian tanto las experiencias vitales del poeta como su obra literaria. Estas memorias son, por tanto, un material indispensable para entender y profundizar en su poesía. La obra se divide en doce cuadernos y cada uno, se refiere a importantes momentos de la vida del poeta. También se describe su evolución poética y política, y además aparecen los temas más queridos por el poeta: su país, su pueblo, la lucha por el socialismo, su vocación de intelectual acorde con la clase por la que lucha...

Crítica personal:
“Confieso que he vivido” son las memorias del poeta chileno Pablo Neruda escritas con una maravillosa prosa que mezcla desgarrado realismo con fragmentos puramente poéticos. Y es una buena elección la del vocablo “memorias” y no “biografía”, porque lo que tenemos en este libro es una colección de vivencias, de anécdotas y pensamientos de su autor que tienen poco que ver con una biografía convencional. De hecho, es difícil hacerse una idea clara de la vida de este premio nobel de literatura sin recurrir a otros medios: he tenido que acudir a la wikipedia para saber, por ejemplo, que se casó tres veces o que tuvo un hijo con hidrocefalia que murió a los ocho años de edad. Es curioso cómo un poeta, una persona cuya obra se basa en los sentimientos, muestra tan poco de sí mismo en sus memorias: no hay apenas referencias a su familia, se menciona al final muy de pasada que se puso el pseudónimo de Pablo Neruda para que su padre no supiera que escribía ya que no quería que fuese poeta, pero es la única brevísima mención a los posibles problemas que pudo tener por esta causa en su niñez; se menciona que fue a la universidad, pero no aparece qué carrera estudió o cómo financió sus estudios viniendo de una familia humilde; su primera mujer ni siquiera es mencionada, el nombre de la segunda no aparece más de un par de veces y de pasada, y sólo el nombre de la tercera se menciona en cuatro o cinco ocasiones como mera acompañante en diversos acontecimientos de su vida; ni una mención a su hijo enfermo, ni siquiera al hecho de haber tenido un hijo… Son sólo unos ejemplos de lo que este libro no es, es decir, una biografía del poeta.

Por el contrario, el libro es más bien un relato de hechos y vivencias, unos de más interés que otros cuando se leen hoy en día, pero que se lee a nivel global de forma amena y con interés. En el libro encontraremos poéticas descripciones de la araucanía chilena o de los exóticos paisajes por los que fue pasando en su viajera vida (India, Camboya, México…) mezclados con retratos personales de decenas de grandes personajes de la literatura, el arte y la política. A lo largo de las páginas del libro desfilan nombres como César Vallejo, García Márquez, García Lorca, Alberti, Miguel Hernández, Picasso, Ilya Ehrenburg, Paul Valery, Éluard, Aragón… Stalin, Mao Tsé Tung, Castro, Che Gevara, Allende… y decenas y decenas de grandes personajes del siglo XX. De ellos conoceremos anécdotas y las impresiones personales del autor, desde elogios hasta ácidas críticas en algún caso.

En el libro aparece también brevemente, especialmente en su parte final, la política. Procedente de una clase humilde, de espíritu progresista y siempre unido al pueblo, Neruda cayó enamorado de la gran revolución obrera de la primera mitad del siglo XX, el comunismo. Por su afiliación fue perseguido y obligado a vivir en la clandestinidad y finalmente en el exilio, desde donde seguiría prestando su apoyo a nivel internacional al movimiento obrero a través de su poesía. Aunque algo desencantado por la evolución personalista y dictatorial que esta ideología tomaría con el tiempo tanto en la URSS como en China, Neruda fue un gran defensor de la ideología izquierdista durante los momentos más álgidos de la Guerra Fría, y su fama como poeta de izquierdas le llevaría a conocer de primera mano a algunos de los grandes dirigentes comunistas a nivel mundial.

Leído en la actualidad y quizás también por el hecho de ser un lector español, la parte más emocionante del libro es la dedicada a la guerra civil española. Sin apenas detalles, con poco más que el sentimiento que se desprende de las palabras de Neruda al hablar del asesinato de García Lorca, la vida en el Madrid sitiado, la admiración hacia los milicianos en alpargatas y hambrientos que defendían con su vida las obras de arte del palacio de la duquesa de Alba, o el desprecio hacia las bandas de delincuentes disfrazados de anarquistas que imponían su ley y daban “paseos”, le dan a esa parte una emoción especial. Emoción que se convierte en rabia compartida con la del autor cuando se muestra el rechazo de los países “democráticos” hacia los miles de refugiados republicanos que cruzaban desesperados las fronteras con el fin de la guerra civil. En esta y otras ocasiones a lo largo del libro, Neruda no se muerde la lengua para contar cómo el mismo presidente chileno que le había encomendado organizar la evacuación desde Francia de miles de estos refugiados hacia Chile, se hacía el loco días después cuando todo estaba listo para el traslado, ante las presiones recibidas para no acoger a quienes se habían convertido en parias sin patria hacinados en campos de concentración en suelo galo. Una historia que se repite siempre (¿no os recuerda a los refugiados sirios?), y que conviene recordar que nos puede pasar a todos, como ocurrió en el 39.


Y corto aquí ya porque estoy extendiéndome demasiado. Resumiendo, “Confieso que he vivido” me parece un libro bastante recomendable, algo irregular quizás en cuanto a interés a lo largo de su texto, pero sin llegar a caer en el aburrimiento en ningún momento, mezclado con fragmentos que se leen con avidez. Esta ha sido mi segunda lectura; la primera fue en mi juventud, probablemente con 16 ó 17 años, y me encantó. En esta relectura, no ha llegado ni de lejos a la imagen que tenía de él en mi memoria, pero no me arrepiento de haberlo leído. Y en cualquier caso, tanto en una lectura como en otra he terminado con la misma inquietud: con las ganas de leerme algunos de los libros de poesía de este chileno universal, reconocido como uno de los más grandes poetas contemporáneos a nivel mundial, a pesar de que no he sido nunca un amante de este género literario.

15 de octubre de 2015

6 de octubre de 2015

[Libros] Juliano, el apóstata – Gore Vidal (1964)

Sinopsis:
A lo largo de la novela se nos describe la vida del emperador romano del siglo IV Juliano, que pasó a la posterioridad por intentar acabar con la hegemonía que los cristianos tenían sobre todas las cosas del Imperio, incluyendo la religiosa, proclamando la libertad de culto. Pero la novela va más allá de lo simplemente biográfico para intentar dar una visión de cómo era el mundo a finales del siglo IV, cuando Roma se encontraba en decadencia hasta tal punto que los emperadores habían abandonado la ciudad de Roma como Capital del Imperio y ejercían el poder de forma dual, uno en Occidente (llamado César) y otro en Oriente (Augusto), estando el primero supeditado al segundo, lo que generó continuos enfrentamientos entre ambos y un mayor peligro de desintegración debido a una creciente debilidad frente a las tribus y pueblos fronterizos del oeste y el Imperio Persa del Este.

Opinión personal: Una buena novela histórica

Ya sabéis que, aunque me muevo por diferentes géneros, me gusta bastante tanto la novela histórica como la historia de Roma. Así que a esta novela, reconocida como una de las grandes del género, le tenía puesto el ojo hace tiempo.

Podría decirse que este libro tiene grandes similitudes con la famosa obra de Robert Graves, “Yo, Claudio”. En ambos casos se trata de la biografía novelada de un emperador romano, en ambos casos el texto está escrito en primera persona, como si de una autobiografía se tratara, y en ambos casos la rigurosidad del texto y del autor están ampliamente reconocidos. Las diferencias vienen dadas principalmente por la época y los hechos narrados.

La figura de Juliano, que personalmente desconocía, me ha resultado de lo más interesante, al haberse tratado de un emperador muy “peculiar”, si lo comparamos con la amplia mayoría de los que ejercieron el cargo a lo largo de los siglos. Nos encontramos aquí con un personaje culto, ilustrado, casi un filósofo, que pasó buena parte de su vida ajeno a las intrigas políticas y que, cuando de forma casi accidental accedió al cargo, intentó ser un buen dirigente para su pueblo. Lamentablemente, la jungla política no suele ser un lugar adecuado para este tipo de personas; Juliano terminó asesinado por los afines a la Iglesia, que veía amenazado el poder social y político que había conseguido en las últimas décadas, frente a las políticas laicas y de libertad de culto impulsadas por Juliano.

La novela me ha resultado de interés no sólo por la interesante figura del emperador, sino por el retrato de la época: estamos ya ante el inicio de la decadencia del imperio, se intuye muy próxima ya la división entre imperio de Oriente e imperio de Occidente, y el poder de la Iglesia dentro de Roma es cada vez mayor. Este último aspecto me ha resultado también muy interesante, quizás porque es algo que (tristemente) siempre me ha interesado mucho: cómo el avance del cristianismo terminó con el esplendor cultural de la época antigua, cómo se pasó del mundo helenístico (del que era heredera Roma) amante de la ciencia y las artes, para progresar hacia la oscura Edad Media, siempre en nombre de una religión oscura y opresiva, empeñada en aplastar todo lo que no fuera “su fé”.

También es interesante, a nivel histórico, la recreación del nacimiento de la Iglesia moderna: las luchas de poder entre las diferentes sectas cristianas (a menudo, luchas a muerte), la definición (con sus discusiones internas también) de lo que debería ser la religión católica (inventándola sobre la marcha, difuminando su origen judío y añadiéndole elementos tomados de aquí y de allá). La verdad es que Gore Vidal ha trabajado bien tanto a nivel de documentación como de redacción para escribir este libro.

Por cierto, ya que mencionamos al autor, un par de curiosidades: fue primo de Jimmy Carter y de Al Gore, y el nombre con el que es conocido (Gore) no fue puesto por sus padres, sino por él mismo, tomando para ello el apellido materno. En realidad, nació como Eugene Luther Vidal, luego se añadió Gore como tercer nombre, y en la práctica sería este último el único que usaría, pasando a llamarse Gore Vidal. Fue varias veces candidato al Premio Nobel de Literatura.

En fin, para terminar: Juliano el apóstata es una novela histórica rigurosa, bien documentada y bien escrita, que nos permitirá descubrir a un emperador peculiar y un periodo histórico interesante, el del hundimiento del Imperio Romano como preludio a la llegada de la oscura Edad Media, y el nacimiento y ascenso de la Iglesia Católica. Muy recomendable si os atrae cualquiera de estos temas.

30 de septiembre de 2015

Cita de hoy

Velutha no pasó de aquella noche.
Poco después de la medianoche, la Muerte fue a buscarlo.
¿Y a la pequeña familia acurrucada y dormida sobre una colcha azul bordada con punto de cruz? ¿Quién fue en su busca?
La Muerte no. Sólo el fin de la vida.

El Dios de las Pequeñas Cosas – Arundhati Roy

22 de septiembre de 2015

[Libros] Esperanza del Venado – Orson Scott Card (1986)

Ya sabéis que no soy especialmente amante del género fantástico, pero también considero que libros buenos los hay en todos los géneros, y éste lo había visto nombrar en varias ocasiones como uno de los grandes del género. La verdad es que su título y la imagen de la portada, con ese horrible jinete cornudo, no me animaban nada a leerlo, y probablemente por ello se pasó varios años en la lista de pendientes sin que encontrase el momento para ponerme con él. Finalmente, este verano me decidí a darle una oportunidad, y debo reconocer que quienes lo ensalzaban como uno de los grandes del género tenían buenas razones para hacerlo.

Sinopsis:
“Entraréis en la ciudad de Esperanza del Venado, y la hija del rey montará sobre el Ciervo para vos.”
La profecía condujo a Palicrovol a lanzarse a la búsqueda de un reino, y a hacerse con él. Mató al rey Nasileo: al igual que el Ciervo, él montó a la Cierva, la princesa Asineth, una niña de doce años. Violada ante la pasiva presencia de diez mil testigos, la furia de Asineth se revolvió contra el ultraje sufrido. Juró vengarse del Ciervo que había derramado su sangre y que, compasiva e irracionalmente, le perdonó la vida.
Asineth sabía que la justicia podía ser cruel, y más cruel todavía la necesidad, pero también sabía que la compasión era lo más cruel de todo. Porque un día ella se convertiría en la reina Belleza, y Palicrovol recordaría lo que era poseerla, y desearía con toda su alma poseerla de nuevo. Y entonces...

Opinión personal: Fantasía de calidad

Esperanza del Venado no es un libro fácil. Maticemos: tampoco es que sea de lectura especialmente ardua, ni mucho menos, pero está bastante alejado del estilo ligero habitual de este género. Me recuerda bastante, en este sentido, a Olvidado Rey Gudú, de Ana María Matute, una verdadera obra maestra de la literatura. Por supuesto, Esperanza del Venado no llega a este nivel literario, pero podemos situarlo en un punto intermedio entre la obra de Matute y la literatura fantástica habitual. Esperanza del Venado es un libro de fantasía “de calidad”, escrito con oficio, con clase, y con más fondo (llamémosle filosófico o sociológico) de lo que uno suele esperar de una obra de este género. Aunque, por supuesto, eso lo aleja del estilo bestseller y de aventuras que quizás pueda esperar algún segmento de sus potenciales lectores, que posiblemente puedan encontrarlo algo lento y pesado. Nunca llueve a gusto de todos…

La novela tiene dos partes bastante bien diferenciadas, y debo reconocer que la primera se me ha hecho un poquito pesada: se trata de una extensa introducción (como un tercio del libro) dedicada a relatar con un lenguaje ampuloso, al estilo de las antiguas leyendas medievales, los hechos acontecidos siglos atrás en el imaginario reino en el que transcurre la historia, hechos que determinarán el desarrollo del relato una vez que aparezca el verdadero protagonista (que no lo hace hasta que ya llevamos una buena parte del libro leída). La verdad es que si no abandoné la lectura antes de llegar “al meollo” fue gracias al buen oficio de Card como escritor (y, probablemente, al de su traductor al castellano, que no creo que haya sido tarea fácil en este caso): es uno de esos textos que, aunque no te interese demasiado lo que te estén contando, se leen a gusto, por lo bien escritos que están.

Sobrepasado ese primer tercio, el libro cambia, y la lectura se hace más ágil y amena, transformado el texto en un relato de aventuras (o desventuras) más clásico, muy al estilo de “El nombre del viento” (que parece inspirado en la obra de Card, anterior, en la parte que relata la etapa de supervivencia infantil de su protagonista Kvothe). Aquí empieza la historia de Orem, aún niño, que tendrá un destino clave en la historia del reino, sus habitantes… y sus atormentados reyes.

Lo genial de la historia, aparte del buen hacer literario de su autor en cuanto a estilo, es cómo combina una historia de fantasía y una segunda mitad en la que aparece también la aventura, con un hondo fondo de tragedia y pasiones humanas, perfectamente creíbles por su gran humanidad (en todos los sentidos, incluido el fondo cruel que tenemos también los seres humanos). Los personajes son magníficos, profundos y complejos, y se hace difícil hablar de buenos y malos, porque aquí no hay blanco ni negro, y en realidad todos tienen un cierto tono gris, como la vida misma. Es por esto, junto con la calidad literaria, por lo que esta obra me recuerda a Olvidado Rey Gudú, que comparte con ella (a un nivel superior, eso sí) esa forma de plasmar en el relato la naturaleza humana.

Sí, ya sé, sufrido lector de este blog: una vez más, no estoy diciendo apenas nada sobre el argumento de la historia, que es lo que te interesa. Pero es que en este caso es especialmente difícil. Es una obra de fantasía medieval (guerras entre reinos a caballo y espada, magos y magia) mezclada con un relato de aventuras (supervivencia de un niño huérfano en una ciudad hostil) y literatura épica (rivalidades entre reinos, el bien y el mal, linajes y ofensas) a la que se añade un trasfondo sociológico y hasta religioso (Card inventa una nueva religión con unos curiosos dioses, que interactúan con la historia de forma mística cuando es necesario). Una historia compleja, fantástica… y a la vez conmovedora, por su extraña humanidad, que hace que el lector comprenda la crueldad del malvado y el lado oscuro del bondadoso, en una historia que, si bien apunta a un final feliz, lo hace de un modo algo fatalista y en el que la felicidad nunca será completa y siempre deberá alcanzarse a costa de algo…

En fin, un libro interesante, complejo pero también intenso, que me alegro de haber leído. No quiero a exagerar, tampoco voy a decir que sea un libro que me haya marcado especialmente o que sea algo parecido a una obra maestra… pero es un gran libro, todo un referente dentro de un género en el que abundan demasiado las obras “de usar y tirar” (como en todos los géneros, en realidad…). La verdad es que mis dos experiencias hasta el momento con este autor han sido muy diferentes, pero en ambos casos, todo un acierto. Este Orson Scott Card está claro que sabe escribir. Será cuestión de prestar atención a algunos de sus otros títulos…

6 de septiembre de 2015

[Libros] El atentado – Yasmina Khadra (2005)

Sinopsis:
Tel Aviv, hora punta. Un ataque suicida provoca una masacre en un restaurante atestado de personas. El doctor Amín Jaafari, israelí de origen palestino, atiende en el hospital a los supervivientes cuando recibe la noticia de que, entre los muertos, se encuentra su mujer, y que todo apunta a que se trata de la causante del atentado. En busca de una explicación a lo sucedido y convertido de repente en traidor para muchos con quienes compartía el mundo aparentemente a salvo en el que vivía, el protagonista tratará de penetrar en el complejo entramado del terrorismo islámico.

Opinión personal: Magnífica y dura reflexión sobre el terrorismo árabe
Amin Jaafari es un reconocido cirujano en un hospital de Tel Aviv. Se trata de un caso raro: un palestino que ha alcanzado una posición elevada dentro de la sociedad judía. Jaafari vive una vida acomodada y se codea con la alta sociedad israelita. Él y su mujer son personas cultas y bien situadas, que viven una vida feliz.

Un día, un ataque suicida en el centro de la ciudad mata a decenas de personas. El suicida resulta ser la mujer de Jaafari.

¿Cómo ha podido suceder esto? ¿Qué lleva a una mujer culta y acomodada, ajena a cualquier extremismo religioso, a inmolarse en nombre de… quién sabe qué, matando a hombres, mujeres y niños inocentes al mismo tiempo?

Guiados por la hábil pluma de Yasmina Khadra (pseudónimo del escritor argelino Mohammed Moulessehoul), los lectores intentaremos encontrar la respuesta a esta pregunta al mismo tiempo que lo hace el protagonista, incapaz de entender qué ha podido ocurrir en la mente de su mujer para hacer algo que se le antoja absolutamente inimaginable.

Jaafari pasará del shock por la muerte de su esposa a la negación (“es falso, no ha sido ella, es un error”), después a la incertidumbre y los sentimientos de culpabilidad (“¿cómo es posible? ¿qué ha ocurrido? ¿cómo no me di cuenta?”) y por último a la ira y al odio (“¿quién le ha lavado el cerebro? ¿quién es el culpable?”). El autor nos consigue meter dentro del protagonista, y sufrimos con él y nos hacemos las mismas preguntas. En este sentido el libro es brutal, sobrecogedor, porque llegamos a sentir la angustia de quien no sólo acaba de perder a su ser más querido, sino que, tras asumir este impacto, debe asumir también que al mismo tiempo ese ser querido ha cometido una de las atrocidades más abominables.

Jaafari se ve impulsado a encontrar una respuesta, y se pondrá a buscarla. Indagando en los últimos movimientos de su esposa, llega a contactar con una célula del terrorismo palestino, entrevistándose con uno de sus dirigentes, en busca de respuestas.

El atentado es una novela corta, impactante, estremecedora y de las que hacen reflexionar. Su autor combina la escritura ágil y amena del estilo bestseller con un fondo tremendamente profundo, lo que convierte a sus novelas en libros fáciles de leer pero de los que te involucran y te obligan a pensar.

En El atentado no encontraremos las respuestas al porqué del terrorismo, ni mucho menos una justificación que nunca puede tener… pero sí nos asomaremos al otro lado, y podremos al menos vislumbrar (aunque probablemente no entender) las motivaciones que mueven a estos grupos. Khadra nos presenta todo esto desde la neutralidad… y al mismo tiempo desde el pesimismo de una visión del conflicto que no vislumbra ninguna salida a corto plazo.

Un libro corto, rápido y fácil de leer, que engancha y que impresiona. Una novela que ha sido calificada de antiisraelí por los radicales judíos, y de inspiración sionista por los extremistas árabes. Otra gran obra de este estupendo autor argelino al que descubrí con Las sirenas de Bagdad

17 de agosto de 2015

Cita de hoy

Cuando alguien muere, a los demás les corresponde vivir también por ellos —y no hay nada más que resulte adecuado.

Alessandro Baricco  Mr. Gwyn

5 de agosto de 2015

[Libros] Alguien voló sobre el nido del cuco - Ken Kesey (1976)

Vi la película, protagonizada por un Jack Nicholson espléndido en su papel, hace muchos años, y me encantó. Y el otro día, mientras rebucaba mi próxima lectura entre diferentes títulos, y con la película ya casi olvidada en mi memoria, decidí darle una oportunidad al libro.

Sinopsis:
La acción de la novela se desarrolla dentro de un hospital psiquiátrico, en el Estado de Oregón, donde bajo la estricta dirección y supervisión de la enfermera jefe, los pacientes de la institución, clasificados por su «grado de locura», se someten pacientemente a la pétrea disciplina de las reglas establecidas dentro de un clima de aparente orden y tranquilidad. Hasta que un día llega un nuevo interno, Randle McMurphy, el protagonista principal de la historia, quien haciéndose pasar por demente consigue ser trasladado a esta institución desde una prisión de trabajos forzados. Su carácter jovial y dicharachero, y su fuerte personalidad que contrasta con la del resto de los internos, harán que poco a poco se convierta en el «líder» del grupo, desorganizando por completo la tranquila rutina a la que la enfermera jefe, conocida como La Gran Enfermera, los tenía sometidos. Desde ese momento se creará un ambiente de tensión entre los pacientes y el personal encargado de su cuidado, que nos acompañará a lo largo de toda la historia.
La novela está narrada por uno de los internos, el «Jefe» Bromden, un corpulento individuo de origen indio, que lleva años haciéndose pasar por sordomudo para evitar complicaciones, y con el que McMurphy llegará a tener una estrecha relación.

Opinión personal: Espléndida novela y ácida crítica de las instituciones de salud mental

Aunque al principio hubo fragmentos que se me antojaron algo pesados, debo decir que, al igual que la película, el libro me ha gustado mucho.

La verdad es que apenas recordaba el argumento, ni el final: sólo unas pocas imágenes de Jack Nicholson y las enfermeras deambulaban por mi memoria, pero no recordaba los detalles. Supongo que siempre es una ventaja: ha sido como leer el libro de primeras, pero con la cara de Jack Nicholson en el personaje de McMurphy.

Aunque tenga ya 40 años, la novela aún resulta original, quizás no tanto por su argumento como por su planteamiento. En cuanto al primero, no es la primera vez que encontramos un texto que nos describa las enfermedades mentales, y la dificultad en ocasiones para determinar quién está “loco” (por usar un vocablo sencillo y popular) y quién está cuerdo, no sólo porque los criterios para definir la anormalidad puedan resultar difusos, sino porque, como se dice en algún momento del libro, “todos tenemos problemas”. Todos hemos tenido alguna vez un momento de enajenación, de “locura”, o de depresión, o de cualquier otra manifestación “atípica”, alejada de lo comúnmente establecido como “cordura”. ¿Quién y cómo determina si se trata de un trastorno puntual o de una dolencia que requiere tratamiento e internamiento? A veces no es tan sencillo…

Probablemente lo mejor del libro es su planteamiento. Por un lado, está escrito en primera persona por un interno, por uno de estos enfermos. Y, en ocasiones, el texto nos presenta directamente sus neuras, sus alucinaciones. Reconozco que esos fragmentos algunas veces me resultaron algo tediosos, pero no cabe duda de que aportan profundidad al texto.

Pero lo realmente apasionante es cómo refleja la situación, las psicologías de unos y de otros. El jugador, vividor e inicialmente preocupado sólo por sí mismo, que acaba implicado en mejorar las condiciones de vida de sus compañeros, asombrado del trato que se les da, descubriendo que no están más enfermos que los millones de personas que hay fuera… Los enfermos, habituados al sometimiento, la humillación y el silencio, que poco a poco empiezan a verse a sí mismos como verdaderos seres humanos, gracias al aire fresco aportado por McMurphy… Y los cuidadores y la Gran Enfermera, símbolos del poder y el ansia de dominación, aunque sea sobre seres humanos indefensos, supuestos cuidadores que cultivan su ego ejerciendo su poder omnímodo sobre los enfermos a su cargo, aunque, eso sí, “siempre por su bien”…

La novela es magnífica, seria y divertida a la vez en ocasiones, pero siempre crítica, muy crítica, aunque procure no serlo de forma muy evidente. Crítica con una forma de tratar a los enfermos mentales que, afortunadamente, creo que ha cambiado mucho desde los años en que fue escrita la novela (de hecho, los famosos “manicomios” prácticamente han dejado de existir). Y es que los tratamientos que se experimentaban con estos enfermos parecen hoy más bien técnicas de tortura producto de las mentes más retorcidas: duchas frías, aislamiento, electroshocks… por no hablar de la mutilación directa producida por las lobotomías…

En fin, una buena novela, que no ha acusado para nada el paso del tiempo, y que creo que gustará a cualquiera que se anime con ella. No sé si la película hoy en día se mantendrá igual de “fresca”, hace muchos años ya que la vi… pero la verdad es que me han entrado ganas de buscarla por la red para darle un revisionado. Creo que, junto con el de “El Resplandor”, pudo haber sido uno de los mejores trabajos de Jack Nicholson…


10 de junio de 2015

Cita de hoy

¿Qué decir de un rosario de embustes que el roce de tantos dedos y labios acaba convirtiendo en un rosario de verdades, o al revés?

Juan Marsé - Si te dicen que caí

27 de mayo de 2015

[Libros] Henders - Warren Fahy (2010)

Terminada Anna Karenina me sentía “empachado de cultura” y decidí que mi siguiente lectura iba a representar la vuelta a la “cultura popular” más pura, una zambullida en un bestseller puro y duro, lectura rápida y ligera para desengrasar. Pero, la verdad, me parece que no está uno ya para estos trotes…

Sinopsis:
La isla de Henders se separó del resto del mundo hace cientos de millones de años, y desarrolló su propio ecosistema, de una agresividad nunca vista. Si una de estas criaturas consiguiera salir de la isla...seguramente destruiría todo el planeta. Henders es un intenso bio-thriller de ciencia ficción en el que hay cabida para la aventura, el peligro, la ciencia, la tecnología, el debate, la política, los intereses económicos, la amistad y el amor. Una novela para poner a prueba nuestra idea del mundo. ¿Qué haríamos si descubriéramos una especie, o varias, que puede ser utilizada como arma de destrucción masiva? ¿O si existiera la posibilidad de que nos barriera del planeta por superioridad de adaptación?

Opinión personal:
Lo malo de hacerse viejo (aparte de dormir menos, tolerar peor el alcohol, estar hecho polvo al día siguiente si trasnochas un poco, salirte arrugas, engordar en cuanto te descuidas… joder, ¿hay algo bueno en hacerse viejo…?) es que ya está uno de vuelta de todo, y ciertas historias es imposible disfrutarlas, aunque quieras. Uno ha visto y leído demasiado, y cuando te topas con una película o un libro que está siguiendo al pie de la letra el manual de “cómo hacer un bestseller”, pues ya sabes lo que va a pasar, pierdes todo el interés, y hasta tienes la sensación de estar perdiendo el tiempo.

Henders no es ni mejor ni peor que otros centenares de novelas iguales. O de películas iguales. Entretenida, vacía, y olvidable. Pretendidamente original pero sin originalidad alguna. Más de lo mismo.

Seguramente a los 15 años, Henders me habría encantado. Me habría parecido vibrante, emocionante, ágil, original… Lo malo es que yo la he leído después de haberme tragado muchas otras decenas de “Henders”. Con otros títulos. Aparentemente con otros argumentos (sólo aparentemente…). Pero con los mismos personajes planos (calcaditos: el bueno, el malo, el listo, el guapo, el imbécil…) y el mismo esquema para llegar al mismo final feliz tras haber superado emociones y peligros sin cuento y una vez que los malos la hayan palmado, no sin antes habérselas hecho pasar putas a los buenos (bueno, de estos también cae alguno por el camino, para darle emoción). Tranquilos, que no es un spoiler, ¿es que no habéis visto nunca una peli de catástrofes? Pues eso…

No digo más, porque no hay más que decir. Ya sabéis lo que hay. Si acaso, sólo opinar que Warren Fay ha intentado ser Michael Crichton y le ha imitado bastante bien… pero no sé, me parece que, aunque Crichton habría escrito la misma novela, habría conseguido ponerle algo más… no sé el qué… más “chispa”. Y una parte final menos infantiloide. O a lo mejor es que cuando leía a Crichton yo era más joven…

Una sola recomendación final: si tenéis curiosidad y no queréis perder el tiempo, quizás sea mejor que esperéis a la película. Porque la habrá, seguro. Aunque yo me esperaría a verla gratis en la tele para no lamentar los 8 euros perdidos…

21 de mayo de 2015

Cita de hoy

«Somos las niñas que lavamos y planchamos su ropa. Por favor, no tiren el pan duro. Métanlo en los manteles. Nosotras nos lo comemos. Muchas gracias, las niñas de Zabalbide.»


Las tres bodas de Manolita – Almudena Grandes

(A este paso, con las sucesivas reformas laborales, parece que vamos camino de volver a esto... Triste historia la nuestra, ojalá no se repita.)

13 de mayo de 2015

[Libros] Anna Karénina – Lev Tolstoi (1878)

Tenía este clásico entre mis lecturas pendientes desde hace varios años. Lo estaba porque quería ir descubriendo a los grandes escritores rusos (a mi edad ya iba siendo hora…), y también porque había leído buenas críticas sobre esta obra en particular. Pero me daba mucha pereza ponerme con él, especialmente tras la mala experiencia que tuve no hace mucho en mi estreno con Dostoievsky y sus Karamazov. Pero esta vez me pilló en un día “tonto” y decidí que había llegado el momento de conocer a Anna…

Sinopsis:
La sola mención del nombre de Anna Karénina sugiere inmediatamente dos grandes temas de la novela decimonónica: pasión y adulterio. Pero, si bien es cierto que la novela, como decía Nabokov, «es una de las más grandes historias de amor de la literatura universal», baste recordar su celebérrimo comienzo para comprender que va mucho más allá: «Todas las familias felices se parecen; las desdichadas lo son cada una a su modo». Anna Karénina, que Tolstói empezó a escribir en 1873 (pensando titularla Dos familias) y no vería publicada en forma de libro hasta 1878, es una exhaustiva disquisición sobre la institución familiar y, quizá ante todo, como dice Víctor Gallego (autor de esta nueva traducción), «una fábula sobre la búsqueda de la felicidad». La idea de que la felicidad no consiste en la satisfacción de los deseos preside la detallada descripción de una galería espléndida de personajes que conocen la incertidumbre y la decepción, el vértigo y el tedio, los mayores placeres y las más tristes miserias. «¡Qué artista y qué psicólogo!», exclamó Flaubert al leerla. «No vacilo en afirmar que es la mayor novela social de todos los tiempos», dijo Thomas Mann. Dostoievski, contemporáneo de Tolstói, la calificó de «obra de arte perfecta».

Opinión personal:
De esta novela y su autor se han escrito más páginas de las que tiene su obra (que ya es decir…). Estamos ante un clásico de la literatura universal que es objeto de estudio y análisis por parte de los mayores expertos en literatura y que se estudia en las universidades. En ese contexto, ¿qué puedo decir yo, inculto hombre de ciencias sin más conocimientos literarios que la mera afición personal? Evidentemente, poco. Pero sí puedo daros mi impresión personal desde el mayor desconocimiento del tema, por si a alguno le interesa, y por si a alguno le sirve si está como estaba yo, ante la tesitura de si ponerse o no a descubrir alguno de estos clásicos.

Antes que nada debo decir que hablar sobre un libro que se considera una obra maestra, impone. Por mucho que uno quiera pensar que todo le da igual y que ya está uno muy “bregao” como para que le importe el qué dirán, lo cierto es que, sin quererlo, saber que vamos a escribir sobre un mito es algo que sin duda afecta inconscientemente. Pese a todo, intentaré ser objetivo con mi impresión personal.

Por ir al grano y resumir en pocas palabras, diré que el libro empezó pareciéndome aceptablemente interesante y fácil de leer, y más “moderno” de lo que esperaba, para terminar resultándome algo pesado. Se hace largo, y es que es largo. Pero es que, además, algunos temas que toca de forma “lateral” resultan muy poco interesantes hoy en día, aunque seguramente en su época pudieron ser un elemento muy valorable de este libro. Me refiero a todo el debate sobre el campesinado ruso, la reforma agraria, las relaciones sociales en el campo, la política rural… Seguro que era un tema interesantísimo y muy en boga en la Rusia del XIX, y hasta se pueden intuir ahí ciertas bases para la posterior revolución que sin duda serán de interés para sociólogos e historiadores. Pero para el lector medio del siglo XXI, hay que reconocer que todas esas divagaciones resultan un soberano tostón, y ocupan muchas, demasiadas páginas. Dicho queda.

Anna Karénina es una novela de personajes. De hecho, diría que es un intento de reflejar en una novela la alta sociedad rusa de la época, a través de diferentes protagonistas con diferentes formas de ser, de ver la vida y de vivirla. En paralelo, se analiza también de forma “lateral” la baja sociedad rusa, tanto la clase obrera urbana (a través del hermano de Levin) como la sociedad rural (por medio del propio Levin), aunque con una profundidad menor que la dedicada a la alta sociedad. Al fin y al cabo, Tolstoi pertenecía a esta última, y por eso, sin duda, la conocía mucho mejor, de primera mano.

Normalmente se define “Anna Karénina” como una novela muy crítica con la aristocracia rusa del siglo XIX, y sin duda lo es. Pero yo creo que principalmente pretender ser un reflejo de la sociedad global de la época, al mismo tiempo que refleja los sueños y pasiones de sus diferentes personajes. Nadie se libra de la crítica en el libro, ni unos nobles representados en general como hipócritas, indolentes y prácticamente parásitos sociales, ni unos campesinos incultos y tercos que se oponen a un progreso que podría mejorar sus propias vidas. Sin embargo, todo esto lo expone el autor de forma sutil, como parte de un ambiente social en el que lo importante son las personas: Tolstoi vuelca toda su pasión en sus personajes, a los que perfila con una nitidez muy destacable, y con una tremenda carga psicológica, probablemente lo mejor y más valorable del libro, al menos para mí. Anna Karénina es una novela de sentimientos y pasiones muy bien reflejados, aunque a la vez contenidos en la forma de expresarlos; supongo que para haber sido escrito en el siglo XIX no se le puede pedir que fuera más explícito…

Creo que esta atención hacia los personajes y sus sentimientos son lo que más me ha gustado de esta obra, y probablemente lo que la convierte en intemporal. Al fin y al cabo, los sueños y pasiones de los hombres no cambian con el paso de los siglos, y el amor, el desamor y la búsqueda de la felicidad son algo intrínseco a la especie humana ya estemos en el siglo XIX o en el XXI. Esto, unido a una buena traducción, que sin duda ayuda muchísimo (creo que fue en parte una pésima traducción lo que se me atravesó desde el principio en el caso de “Los hermanos Karamazov”) consiguen que la obra resulte casi moderna.

Ya sé que estoy diciendo poco, pero no se puede decir mucho más. La novela es una historia de historias, las de sus personajes. Es una historia coral, en la que se ha escogido una de ellas, probablemente la más transgresora en su época (una mujer de la alta sociedad que comete adulterio y abandona a su marido para irse a vivir con su amante; todo un escándalo social) para dar título al libro, pero en el fondo no es más que una historia más, existiendo otra de casi la misma importancia que le sirve de contrapunto (la de Levin, el “aristócrata rural” sencillo y ajeno a la hipocresía de la corte petersburguesa o a la modernidad moscovita), así como muchas otras historias menores que acompañan a éstas a lo largo del libro.

Como decía al principio, quizás este intento del autor de abarcar al máximo posible la sociedad de su país y de su época nos resulte hoy en día algo excesiva, cargando al libro de páginas, de reflexiones… y de tedio para el lector medio moderno, por mucho que en su día probablemente le dieran a esta obra un gran valor de crítica social y hasta política. Qué le vamos a hacer.

El único detalle que verdaderamente no me ha gustado, y que de hecho me ha parecido una completa salida de tono con respecto al resto de la obra, es el final. Tolstoi dedica un extenso final para desviarse radicalmente de todo el resto de la obra y ponerse místico a través de uno de sus personajes. De repente, Levin, el analítico, el ateo, el escéptico… se convierte por arte de magia en un ferviente creyente y encuentra la felicidad y el sentido de la vida. No viene a cuento. No cuadra con el resto. Y personalmente me repatea, también tengo que decirlo. Tolstoi, ahí la pifiaste, majete, desde mi punto de vista; te dejaste llevar demasiado por tus propios sentimientos religiosos para dejar una moraleja que nadie te había pedido y que parece metida con calzador. En fin, supongo que hasta los genios la cagan en algún momento. Ya está, tenía que decirlo…

En fin, no me enrollo más, que ya lo he hecho bastante sin decir gran cosa. Para terminar, diré que el libro se me ha hecho pesado, sí, tanto más cuanto más avanzaba en él, pero no me arrepiento de haberlo leído, al contrario, y animo al que tenga curiosidad a hacerlo. No puedo decir que lo haya disfrutado, pero en su mayor parte “se dejaba leer” bastante bien, las historias principales son intemporales y los personajes magníficos, sus perfiles psicológicos brillantes… además he aprendido cosas sobre Rusia y su sociedad en los tiempos del zar, y he descubierto a un clásico de la literatura universal. Así que creo poder decir que el balance final ha sido positivo, aunque he necesitado muuucho tiempo para llegar hasta su última página. Por otro lado, sé de gente a la que le ha encantado…

17 de marzo de 2015

[Libro] El libro de los placeres prohibidos – Federico Andahazi (2013)

Sinopsis:
En el Monasterio de las Adoratrices de la Sagrada Canasta, un extravagante y lujurioso burdel a las orillas del Rhin, el habitual regocijo que reina entre sus muros ha dejado paso a un profundo silencio. Zelda, una de las más antiguas y requeridas de las místicas consagradas a las prácticas de “los placeres prohibidos” ha sido encontrada desollada viva y el terror se ha apoderado de todas sus compañeras. Éste será el primero de una serie de misteriosos e inquietantes asesinatos.
¿Cuál es la relación de Johannes Gutenberg con estos crímenes? Recluido en una lóbrega abadía a las afueras de Estrasburgo, Gutenberg experimenta con una máquina y una técnica para reproducir libros. En lugar de conseguir la gloria por su maravilloso invento, será perseguido y arrestado, acusado de ser el falsificador y estafador más audaz que recuerde el Sacro Imperio Romano Germánico. Un libro buscado por todos será la clave para resolver todos los asesinatos: El libro de los placeres prohibidos.
Una fabulosa novela histórica y de intriga que transporta al lector a las diferentes ciudades europeas del siglo XV, tras las huellas de uno de los personajes más complejos y emblemáticos de la Historia: Gutenberg.

Crítica: Una interesante novela histórica camuflada de falso erotismo e intriga
Andahazi es un tramposo. Pero mucho. Sabe lo que vende, y envuelve en ello sus escritos. La parte buena, es que el interior tiene calidad. Así que le perdonamos que quiera engañarnos con los colorines del envoltorio.

Descubrí al argentino Federico Andahazi hace algunos años a través de su primera novela (y gran éxito de ventas), “El anatomista”. Me agradó su estilo ameno, su habilidad para recrear épocas pasadas, y el interés de lo que nos contaba, aunque no fuese más que una parte “menor” de la Historia. Con la excusa de contarnos la vida del “descubridor” del clítoris y de su relación con el placer femenino, Andahazi hacía un interesante y ameno recorrido por la Europa del siglo XVI, sus prostíbulos, sus costumbres… En resumen, un libro que, sin ser ningún novelón, me resultó lo suficientemente interesante y ameno como para repetir con este autor.

Y eso fue lo que me animó a leer “El libro de los placeres prohibidos”, porque si la lectura de su sinopsis hubiera ido acompañada del nombre de un autor desconocido, probablemente nunca lo hubiera empezado, esperando encontrarme alguna basurilla más del tipo “best-seller histórico con intriga” que tanto prolifera en los últimos años. Pero en este caso, el apellido Andahazi hacía subir algunos puntillos a la mosqueante reseña comercial, así que decidí darle una oportunidad.

Y sí, Andahazi resultó ser un embaucador y tramposo de cuidado, pero en este caso para bien. Porque ha aprovechado esa tendencia “histórico-bestsellera con intriga de garrafón” del mercado literario para intentar vender a espuertas su nuevo libro, vistiéndolo de "thriller", y dándole algunos toques en su interior para que también lo parezca. Afortunadamente, junto a la mediocridad esperable de esa parte, hay una historia interesante y auténtica: la de Gutenberg y la invención de la imprenta. Y lo que empieza como un extraño relato de intriga histórico para enganchar al lector despistado, deriva pronto hacia una novela histórica “de verdad” en la que esa parte comercial va perdiendo cada vez más fuerza. Afortunadamente.

Y nos sorprendemos y hasta nos divertimos descubriendo que Gutenberg era “un listo” en todos los sentidos, alguien que buscaba lucrarse falsificando manuscritos, que estafaba aquí y allá para conseguir créditos con los que investigar de cara a fabricar su invento, con el objetivo último de hacerse rico. Un genio oscuro y, quizás por ello, más interesante. Especialmente cuando se trata de un personaje histórico del cual sabemos tan poco. Si además nos lo cuentan de forma amena, el resultado por fuerza tiene que resultar atractivo.

Pese a todo, a Andahazi le vemos el plumero a lo largo de todo el libro, pero lo hace con oficio, y se lo dejamos pasar; los artificios del escritor con ganas de vender no nos abandonan en ningún momento a lo largo del texto, aunque se lo perdonamos. Y lo hacemos porque la historia nos gusta, porque no sabíamos nada de la vida de Gutenberg y todos los tejemanejes que rodearon la creación de ese gran invento gracias al cual hoy podemos disfrutar leyendo, entre otros, a Andahazi: la imprenta. Y nos gusta cómo nos lo cuenta. Consigue, como hizo en “El anatomista”, que una pequeña historia se convierta en un interesante relato. Incluso aunque lo salpique aquí y allá con bombillitas de colores, y lo envuelva todo con papel de colores chillones, para intentar vendérnoslo con fanfarrias y trompetas desde los anaqueles de bestsellers de las librerías. Se lo perdonamos; un poquito. Porque el fondo nos ha gustado.

Y se lo perdonamos también, debemos reconocerlo, porque hasta esas bombillitas tienen su gracia. Porque ese envoltorio y espumillón despistante de la historia central tiene también su esencia de calidad, pues se nota que en él ha empleado los conocimientos históricos sobre el sexo de los que se empapó (supongo) cuando se documentó para “El anatomista”. Así que, hasta la parte más light y comercial tiene también cierto trasfondo de rigor e interés. En fin, lo que decía: que Andahazi es un tramposo y un listillo de cuidado, pero lo hace bien el jodío.

En resumen: como en el caso de “El anatomista”, no estamos ante ningún novelón, pero se lee bien, entretiene y encima aprendemos algo, en este caso sobre Gutenberg y su invento. Ya es mucho más de lo que nos ofrecen muchas otras novelas. 

10 de marzo de 2015

Cita de hoy

Estas preguntas llevamos haciéndonoslas toda la Humanidad los últimos 70 años. Pero, como dice al final de la cita, no hay respuestas.

—¿Cómo pudo suceder algo así? —Por las noches pasaba largo rato hablando, formulándose preguntas a sí misma y al príncipe—. ¿Me habría enrolado yo en el Bund Deutscher Mädel, habría desfilado toda orgullosa, con mi uniforme almidonado y mis pulcras trenzas? ¿O habría arriesgado la vida imprimiendo octavillas secretas? ¿Habría tenido valor para empuñar un arma y unirme a la resistencia?
Le destrozaba pensar que no iba a saberlo nunca.
—¿Y qué me dices de todos aquellos mitläufer, todas aquellas personas que desfilaban con Hitler y aplaudían sus discursos, su guerra? Algunas de ellas ni siquiera se consideraban nazis, de modo que tal vez sea cierto que algunas ignoraban lo que les estaba sucediendo a los judíos. Supongo que simplemente se consideraban ciudadanos amables y civilizados. ¿Pero acaso no fueron también cómplices? ¿Acaso no estaban ayudando a los nazis a hacer rodar su mortal maquinaria no diciendo nada o cantando sus absurdas canciones? ¿Cómo podían no darse cuenta de que por la noche estaban secuestrando a sus vecinos judíos, que estaban desapareciendo sus colegas de trabajo, sus tenderos, sus amigos... así, sin más? ¿Y qué me dices del abuelo? ¿Qué hizo mi abuelito en la guerra?
Mara se sentía atrapada en una corriente de preguntas que giraban a su alrededor como maderas a la deriva. Y no había respuestas.


Todo lo que cabe en los bolsillos – Eva Weaver

4 de marzo de 2015

[Libros] La estrella de sangre - Nicholas Guild (1989)

Sinopsis:
Nicholas Guild retoma las aventuras y desventuras de Tiglath Assur, una vez es exiliado de su patria natal. Puesta su cabeza en venta, tendrá que huir mezclándose con gran cantidad de civilizaciones y culturas, demostrando sus dotes para la diplomacia y el enorme carisma que emana.
Despojado del trono por su hermanastro, condenado a errar por la tierra si logra escapar de los asesinos que le persiguen y acompañado únicamente de un leal servidor, Tiglath abandona la histórica ciudad de Nínive, tratando de ponerse a salvo y hacer fortuna, sabedor de que la estrella roja, una marca de nacimiento que ostenta en la palma de la mano como muestra del favor de los dioses, puede asimismo delatarle a sus enemigos. Sus andanzas le conducirán, entre otros lugares, al decadente Egipto, a una fortaleza comercial fenicia y a Sicilia, aterrorizada por un rey bandido, hasta que por fin regresa a Oriente para enfrentarse con su hermano en un encuentro que no sólo decidirá su destino sino el de varios imperios.
Guild, auténtico maestro a la hora de recrear antiguas civilizaciones, esta vez nos prepara un viaje por multitud de parajes cada cual más suculento y maravilloso. De tal manera volveremos a la tierra de Asiria; negociaremos en las calles con los Fenicios; pasaremos sed y tragaremos arena en el desierto del Sinaí; tocaremos el lujo y la pomposidad en el antiguo Egipto, y descubriremos que hubo ejércitos más poderosos que el suyo; formaremos parte de la democracia en Grecia, y trabajaremos la Tierra en las islas Itálicas. En cada uno de sus rincones, en cada uno de sus paisajes y culturas, Guild nos hará tener la sensación de estar allí y en vez de tener un libro entre las manos pensaremos que tenemos una máquina del tiempo.
Una vez más el escritor cala con su escritura nuestro espíritu, las pasiones y los sentimientos a flor de piel, nos hará entender que la vida de ahora y la de hace miles de años eran muy parecidas. El amor se siente igual ahora que antes, al igual que la pena o la alegría. Eso es La Estrella de sangre, un compendio de manifestaciones y sentimientos profundos y humanos que nos pondrá la carne de gallina.

Crítica: Otra entretenida novela histórica y de aventuras
“La estrella de sangre” es la continuación de uno de los títulos más emblemáticos de la novela histórica: “El asirio”, de Nicholas Guild. Una novela que para muchos aficionados es casi obra de culto, supongo que por su capacidad de combinar un texto ameno, ágil y de fácil lectura con un interesante trasfondo histórico de una civilización prácticamente desconocida: el antiguo imperio asirio, de épocas casi prebíblicas.

Leí “El Asirio” hace ya bastantes años, antes de empezar con este blog (por eso no aparece aquí su reseña). Me pareció una interesante y entretenida novela histórica, aunque no llegó a apasionarme tanto como uno lee en ciertas reseñas que se encuentran por la red. Un libro entretenido y bien documentado, del que quizás lo más valorable fuera precisamente esto último, ya que sabemos realmente muy poco de la civilización asiria, lo que hace que el nivel de detalle del texto de Nicholas Guild, al describirnos usos y costumbres, ciudades y formas de vestir, gastronomía y religión, entre otros muchos, sea algo realmente muy valorable.

El Asirio nos contaba la historia de Tiglath Assur, personaje ficticio inserto dentro de la Historia real, con mayúsculas. Supuesto hijo de Sennaquerib, rey de Assur (Asiria), hermano de Assarhadon (el también histórico rey que sucedería a Sennaquerib), y supuesto padre de Assurbanipal (el último gran rey asirio, oficialmente hijo de Assarhadon), Tiglath Assur recorre las páginas de “El Asirio” desde su más tierna infancia hasta la muerte de su padre, cuando las intrigas de la corte (y, principalmente, de su madrastra) le impiden alcanzar el trono a favor de su hermano Assarhadon. Las páginas de “El Asisio” terminan con el príncipe Tiglath Assur desterrado por traición, un delito que en realidad nunca cometió (todo gran héroe debe ser siempre injustamente tratado, si uno quiere crear una buena historia para vender libros…).

Se trata, pues, de una novela de aventuras dentro de un marco real. Y su continuación, “La estrella de sangre”, continúa en ese tono, retomando las aventuras de Tiglath en su destierro. Sin embargo, este segundo volumen me ha parecido algo inferior al primero en cuanto al contexto histórico: frente a la rigurosidad y nivel de documentación del anterior, éste deriva más hacia la novela de aventuras pura y dura. Mantiene cierto interés, eso sí, en el sentido de que las andanzas de Tiglath le hacen deambular por todo oriente medio, Egipto, Grecia y Sicilia, lo que le permite al autor ofrecernos unas pinceladas de cómo eran esas civilizaciones en la época, aunque sin alcanzar el rigor con que nos sorprendió en el primer volumen.

No entraré a comentar más sobre el fondo del libro, que es básicamente lo ya dicho, una novela de aventuras de hechuras bastante clásicas, en la que nuestro héroe va pasando por diferentes vicisitudes de las que suele salir airoso gracias a su ingenio y valor; nada nuevo bajo el sol, aunque bien escrito, ameno y fácil de leer. Así que nada que objetar, una buena novela de entretenimiento en este sentido, inmersa en un exótico y poco conocido marco histórico.

Comentaré, no obstante, algunos detalles que me han parecido curiosos: por ejemplo, el homenaje de Guild al Sinuhé de Mika Waltari. Recuerdo que, según comenzaba el libro, empecé a ver bastantes similitudes: el protagonista acompañado de su sirviente que hace las veces de asesor y contrapunto humorístico, o la ruta seguida por Tiglath en su periplo, casi idéntica al recorrido que hace Sinuhé en su libro. ¿Plagio descarado? Bueno… no, desde mi punto de vista, cuando el propio autor pone en boca de su personaje, por dos veces a lo largo del texto, la frase más repetida en el libro de Waltari: “tus palabras son como moscas para mis oídos”. Una evidente declaración precisamente de eso, de reconocimiento hacia la gran obra de Waltari, de homenaje a Sinuhé el egipcio, la primera gran novela histórica moderna. Cuando uno imita a otro a escondidas, es un plagio: si lo hace de forma abierta y lo reconoce, es un humilde homenaje a un maestro al que se admira, desde mi punto de vista. Bien por Guild.

Y por último, simplemente señalar, como punto de atención para posibles futuros lectores, el interés de la descripción que hace Guild de la religión monoteísta asiria, su adoración del dios Assur, por el interés que tiene de cara a la comprensión de las grandes religiones monoteístas modernas. Aunque en el libro lógicamente no se menciona explícitamente cómo influyó la religión asiria sobre (entre otras) el judaísmo, Guild se detiene en bastantes detalles en relación con el culto a Assur, una de las primeras (¿quizá la primera?) religión monoteísta de la historia. Efectivamente, la religión judía tomaría prestados con el tiempo muchos detalles del dios Assur de sus antiguos vecinos, que serían después incorporados a su propio Yahvé. Por supuesto, el paso de los siglos iría haciendo evolucionar las religiones, y a simple vista puede resultar chocante hoy ver reflejado al sanguinario Assur en la bondadosa imagen del anciano barbudo de la religión cristiana… pero recordemos que también Yahvé comenzó siendo vengativo y sanguinario, y sólo el paso de los milenios y una suavización hacia lo “políticamente correcto” irían transformando su imagen en la que el mundo occidental ha creado hoy para su dios. Leer la obra de Guild conociendo estos antecedentes de la historia de las religiones nos hace disfrutar de otra forma de las minuciosas descripciones realzadas por Guild en relación con el culto a Assur.


En resumen, para terminar: una interesante y amena novela de aventuras que además puede leerse muy bien sin necesidad de haber leído la novela previa (de hecho, en mi caso habían pasado años entre una y otra, y ya apenas recordaba los detalles de la anterior). Una lectura recomendable tanto para amantes de la novela histórica como del género de aventuras (mucho más si os gustan ambos…).