14 de noviembre de 2014

Las cosas buenas de la vida

Me encanta disfrutar de las cosas buenas de la vida. Qué tontería, supongo que a todos nos gusta… aunque no sé, porque también hay gente que parece que realmente disfruta sufriendo, pero bueno, eso daría para un debate aparte...

Tumbarte sobre un prado un día de primavera viendo el cielo… sentarte tranquilo en un sillón con un buen libro y música suave de fondo una tarde de lluvia… una buena sesión de sexo…  unas lonchas de jamón de bellota con un vino de esos que te hacen cerrar los ojos al paladearlo…

Pues sí, me gusta la buena vida. Nos gusta la buena vida, debería decir, en mi familia. Y hacemos lo que podemos, que no siempre es todo lo que nos gustaría, pero en fin, así es la vida. Al menos, en unas cuantas cosas dependes menos de los demás o de las circunstancias: no siempre puedes tirarte en un prado, no siempre tienes tiempo para relajarte a gusto con música y un libro… y ni siquiera todo  el mundo tiene la oportunidad de tener sexo cuando quiere. Pero, salvo problemas económicos mayores, en general en nuestro país casi todos podemos disfrutar del buen beber y el buen comer. Y de eso quería hablaros hoy.

Sí, en casa somos muy aficionados a comer bien. Y al buen vino. Y hacemos lo que podemos para disfrutar de ello lo máximo posible (dentro de las posibilidades del bolsillo… y hasta de la salud, ¡que no es cuestión de beberse una botella de vino al día, aunque apetezca!). Como todo el mundo, tenemos nuestras preferencias, claro está. Por ejemplo, no nos entusiasma el marisco, y sí los buenos embutidos y los buenos quesos. Y el vino. El maravilloso y variado vino de nuestra tierra. El bueno, claro… prefiero beber agua sin dudarlo si la alternativa es uno de esos “vinos de la casa” que suelen poner por ahí. Pero los buenos vinos… ¡ay, qué maravilla!

Pues bien, ahora hemos querido compartir con todo el mundo una pequeña parte de este amor nuestro hacia ciertos productos de nuestra tierra. Hemos abierto una tienda online para vender esos productos que nos entusiasman. Bueno, en realidad la tienda la lleva mi mujer, como única salida a la vista tras varios años en paro; pero yo colaboro en lo que puedo (por ejemplo, en la selección de los productos, que es conjunta). Y es lo que quería contaros hoy aquí.

Se llama Delicias Ibéricas, y en ella podéis encontrar vinos “de autor”, embutidos del Pirineo, quesos artesanos de oveja con un sabor ya casi olvidado, mermeladas de sabores exóticos y totalmente naturales… Todos ellos, productos que nos entusiasman, que hemos probado y seleccionado personalmente, y algunos de los cuales llevamos años consumiendo en casa porque nos encantan (a menudo trayéndonos provisiones a casa al terminar nuestras vacaciones en diversas zonas de nuestra geografía). Productos por lo general difíciles de encontrar, por limitarse su distribución habitual a su entorno más cercano. Pues bien, una parte de esos maravillosos productos (y esperamos que podamos ampliarla más adelante, si la tienda se demuestra viable) es la que ahora os ofrecemos a todos en Delicias Ibéricas.

Os animo a descubrir la tienda, y a seguirnos en su página de Facebook, desde donde tenemos planeado ir anunciando promociones, recetas, maridajes… Si es que sobrevivimos más allá de un par de meses, claro está…

Espero que os guste esta aventura en la que nos hemos embarcado. Y, si podéis ayudar, corriendo la voz a conocidos, dándole al “Me gusta” en la página de Facebook, o como se os ocurra, pues tenéis todo nuestro agradecimiento. Los comienzos son siempre difíciles, y lograr visibilidad en el inmenso océano de internet es una tarea titánica. Cualquier ayuda es poca.


Gracias por haber leído hasta aquí. Espero volver próximamente con algo más de tiempo para seguir como siempre, comentando libros o cualquier otro tema que se me pase por la cabeza. ¡Hasta la próxima!

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