11 de septiembre de 2012

Mentiras y más mentiras


Hace un mes a lo mejor me lo habría creído. De eso se aprovechan: de que apenas hay información veraz alternativa, y de tanto repetir algo, todo el mundo acaba por creerlo. En este último mes, he leído un par de libros sobre la crisis económica que me han abierto los ojos y me han indignado muchísimo (próximamente hablaré de ellos en otra entrada). El caso es que, aunque antes algo intuía, ahora sé que gran parte del mensaje reiterativo que recibimos es falso; que es falso que sólo haya una vía para salir de la crisis y que ésta pase por jodernos a todos los ciudadanos; que es falso que estemos “pagando los pecados de una vida anterior disoluta”; que es falsa esta opción que nos plantean de “susto o muerte”. Mentiras y más mentiras.
Ayer volví a indignarme al escuchar de nuevo estas mentiras de boca de Rajoy en su entrevista en TVE. Mentiras, y utilizo esta palabra sin cortarme, porque acepto que uno puede estar equivocado en su forma de enfocar la solución a una crisis, y que puede que ahí no haya verdades absolutas; pero cuando se falsean las razones que nos han llevado a dicha crisis, eso es MENTIR. Con todas las letras.
Ayer oí a nuestro presidente repetir el mantra de los últimos tiempos: lo que nos pasa es porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, porque hemos gastado lo que no teníamos. Eso nos ha endeudado hasta las cejas y ahora todos tenemos que apretarnos el cinturón para salir de ese agujero. Rajoy usó ayer todas esas palabras de forma prácticamente literal.
Eso es MENTIRA. ¿Quién ha vivido por encima de sus posibilidades? ¿Quién ha gastado lo que no tenía? ¿Alguno de vosotros lo ha hecho? Os aseguro que yo no. Ah, que hablamos del gobierno anterior… claro, la excusa de siempre… echamos la culpa a otros, nos excusamos en que su mala gestión ha provocado que ahora no tengamos más remedio que tomar estas medidas tan impopulares, etc. Nos sacudimos el muerto de encima.
Como decía, hace un mes no habría tenido argumentos para no creerlo. De eso se valen. Por eso debemos informarnos todos, por eso me alegro de haber leído esos libros de los que hablaré en otra ocasión. Copio las palabras literales de Paul Krugman, economista norteamericano y Premio Nobel de Economía, muy crítico con las razones que han llevado a la crisis y las medidas que se están tomando para enfrentarse a ella; Krugman habla de esa falacia de que los países del sur de Europa tengan lo que se han buscado (las negritas son mías):

Europa también tiene su propia narración distorsionada, un relato falso de las causas de la crisis que no solo interfiere en el camino de las soluciones reales sino que, de hecho, termina llevando a políticas que solo empeoran la situación.
(…)
He aquí, pues, el Gran Engaño europeo: la creencia de que la crisis europea se debe ante todo a la irresponsabilidad fiscal. Los países incurren en déficits presupuestarios excesivos —nos dice el cuento— y se endeudan en exceso; por lo que, ahora, lo importante es establecer unas normas que impidan que la historia se vuelva a repetir.
(…)
España también tenía superávit presupuestario y una deuda baja. (…) En la figura adjunta se indica la deuda como porcentaje del PIB para un país «promedio» de entre los países que ahora están en crisis: un promedio, ponderado en función del PIB, de las proporciones de deuda/PIB en los cinco países GIPSI (recordemos: Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia). Hasta 2007 inclusive, este promedio descendía de forma sostenida; o sea que, en lugar de transmitir una imagen de derrochadores, parecía que el grupo de los GIPSI, con el tiempo, mejoraría su situación fiscal. La deuda se disparó solo tras la llegada de la crisis.
Pero muchos europeos en puestos clave —sobre todo destacados políticos y funcionarios alemanes, aunque también los dirigentes del Banco Central Europeo y líderes de opinión de todo el mundo de las finanzas y la banca— están totalmente comprometidos con el Gran Engaño y ninguna prueba esgrimida en su contra les afectará. En consecuencia, el problema de hacer frente a esta crisis suele formularse en términos morales: los países tienen problemas porque han pecado, y ahora tienen que redimirse a través del sufrimiento.
Y este enfoque es funesto, a la hora de abordar los problemas reales a los que se enfrenta Europa.
(…)
En gran medida, esta crisis fiscal es un producto derivado del estallido de las burbujas y el descontrol de los costes. Cuando estalló la crisis, el déficit se puso por las nubes; y la deuda también aumentó mucho de golpe cuando los países con problemas actuaron para rescatar sus sistemas bancarios.”

Es decir, NO estamos pagando nuestros pecados (que también los hubo, pero desde luego no fueron nuestros, de los ciudadanos de a pie); la deuda y el déficit no fueron la causa de la crisis, sino que se dispararon COMO CONSECUENCIA de la crisis, y en gran medida debido a las ayudas a la banca, verdadera causante, con sus irresponsables y ambiciosas actuaciones en los últimos años, de esta situación que ahora estamos sufriendo quienes menos culpa tenemos.

Un poco más de detalle, extraído de otro libro, muy inferior desde mi punto de vista al de Krugman, pero que particulariza mucho más en la situación española:

Y, por si faltaba algo, el estallido de la deuda soberana
Como otros países, España hizo un gran esfuerzo presupuestario para hacer frente a la crisis, para ayudar a los bancos y para financiar un ambicioso plan de apoyo. Pero, como la crisis mermaba los ingresos públicos, resultó que en muy poco tiempo se multiplicó el déficit público y aumentó la deuda del Estado.
A diferencia de lo que ocurrió en Estados Unidos, el Banco Central Europeo decidió que no financiaría a los gobiernos (…) y eso los obligó a ponerse en manos de los "mercados" (en realidad, de los bancos y de los grandes grupos inversores que compran su deuda). Éstos aprovecharon la ocasión para extorsionarlos e imponerles reformas que las patronales venían reclamando desde hacía años: en el mercado de trabajo, en el sistema de pensiones y poco a poco privatizando servicios públicos.
Ninguna de estas reformas tiene relación con el origen de la crisis, forma parte de las mentiras con que se le ha dado respuesta pero lo que han producido, en lugar de mejorar la situación económica, es su empeoramiento, lo que dificulta aún más la creación de empleo y provoca un nuevo problema a la economía española que puede terminar siendo intervenida, como la griega, la irlandesa o la portuguesa para "rescatarla", aunque eso en realidad significa rescatar a los bancos para que puedan pagar a sus acreedores alemanes o franceses.

Así que no, señor Rajoy: no me meta a mí en el saco cuando dice que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades o que hemos gastado lo que no teníamos. Ha sido el estallido de las grandes burbujas financiera e inmobiliaria lo que ha movido al estado a ayudar con miles de millones a la banca, endeudándose hasta las cejas en el proceso (y agravado por la caída de ingresos provocada por la propia crisis). Le aseguro que ni yo, ni los que me rodean, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. Basta ya de mentiras.

1 comentario:

  1. No solo existen esas mentiras. En mi opinion hay una mas grave todavia. ¿Que legitimidad tiene el partido que nos gobierna actualmente?, ha mentido en todos y cada uno de los puntos de su "programa electoral", lo cual me hace pensar ahora en si me puedo creer lo que me diga a partir de ahora cualquier partido politico. Han destruido la base de la democracia, podemos votar, si, pero luego no hay compromiso alguno para cumplir aquello por lo que hemos votado. ¿Que democracia es esa? ¿De que sirve mi voto?

    ResponderEliminar